Terapia psicológica para niños, adultos y familias

Las sesiones tienen una duración de 60 minutos.

La terapia online es igual de efectiva que la terapia presencial. Ésta permite una mayor flexibilidad, es cómoda y garantiza la continuidad del proceso si te encuentras fuera de tu domicilio habitual. Ofrece también la posibilidad de trabajar con profesionales que no se encuentran en tu ciudad. Es un formato efectivo para realizar un proceso de terapia individual, que garantiza la cercanía y la atención absoluta del profesional, de la misma forma que lo hace una terapia presencial. Si bien, es importante disponer de un espacio agradable que garantice la intimidad para sentirte lo suficientemente cómodo durante las sesiones; además de una buena conexión. Si buscas terapia para más de una persona, o para un peque, mi recomendación sería acudir de manera presencial. Aun así, siempre podemos hacer una valoración para plantear las diferentes opciones. Existe la posibilidad de combinar el formato, en función de tus necesidades de cada momento.

Claro, podrás realizar los cambios necesarios con una antelación mínima de 24 h. Si los cambios se realizan dentro de las 24 h previas a la sesión, no habrá posibilidad de reembolso.

Cada situación es única y procuraré siempre recomendarte la mejor opción. Ahora bien, la continuidad es importante para obtener resultados durante el proceso terapéutico y evitar que la terapia se alargue más de lo necesario. Mi recomendación es realizar las sesiones de manera semanal o quincenal, especialmente al principio del proceso. Esta frecuencia sería la más adecuada, tanto para facilitar el compromiso y la adhesión al tratamiento, como para garantizar un seguimiento adecuado y la posibilidad de profundizar en todo lo que se trabaje.

No se puede concretar el tiempo que durará un proceso terapéutico, pues cada uno es diferente, así como las necesidades de cada persona. Esta inquietud es algo de lo que podemos hablar una vez nos hayamos conocido y todas las veces que sea necesario durante el proceso. Personalmente, procuro que la terapia avance en el menor tiempo posible.

Existen opciones de contacto que atenderé dentro de un horario específico. Este contacto se utilizará principalmente para la modificación o cancelación de citas, así como para situaciones de urgencia. Todo aquello que esté relacionado con cuestiones personales y/o que afecten al proceso, serán atendidas durante la sesión. Todo material es importante y trabajarlo en la sesión me permite darte la atención que merece.

No, se mantiene el secreto profesional y se guarda confidencialidad desde el comienzo del proceso.

Para conocer el tipo de problemas que atiendo y/o mi forma de trabajar, te invito a leer mi presentación. Actualmente, mi formación me permite abordar diversas temáticas y trabajar diferentes demandas desde mi modelo de trabajo. Del mismo modo, procuro priorizar calidad a cantidad. Esto quiere decir que atiendo un número limitado de personas para poder dedicar tiempo suficiente entre sesiones a profundizar en temáticas concretas, según las necesidades específicas que surjan en sesión. Estoy en contacto con compañeros que trabajan desde diferentes enfoques y especializados en temáticas determinadas. Si considero que otro profesional podría atender mejor tu demanda, no dudaré en compartirlo contigo y recomendarte un profesional más adecuado para ti.

Si los procesos suponen diferentes demandas, no sería lo más adecuado. Lo mejor sería contar con diferentes profesionales que trabajen de manera coordinada. Para trabajar conmigo, se tendría que encuadrar como una terapia familiar que, en ocasiones, incluye sesiones individuales, que mantienen un hilo conductor y se realizan con la finalidad de mejorar la situación de todos los miembros de la familia.

Claro, procuro coordinarme con aquellos profesionales que forman parte del contexto cercano del paciente para garantizar un abordaje integral y atender todas las áreas necesarias para obtener resultados. En ocasiones, seré yo quien os plantee la posibilidad de colaborar con otros profesionales, si lo considero oportuno.

Cuando se trabaja con menores, es muy importante crear un ambiente de confianza para que se sientan cómodos. Cuando se trata de un niño (hasta los 10/11 años aprox.), la transparencia es casi total, adaptándose siempre a cada circunstancia. En estos casos, es posible que la mayor parte del trabajo lo realice con vosotros.

Es importante ser claros y coherentes ya que en ocasiones nos confunden con médicos o profesores. Para evitar confusiones, lo ideal es utilizar un lenguaje adecuado, refiriéndonos al profesional como psicólogo y a las citas como sesiones. Podemos explicarles la finalidad de un psicólogo, adaptando esta explicación a su lenguaje, aclarando que es un espacio para sentirse mejor e indicando que tanto el menor, como los padres, vamos a formar parte del mismo. Incluyéndonos como padres en el proceso, evitamos que el menor se sienta señalado.

Aunque cada vez son más los adolescentes que demandan ayuda, también es frecuente que un adolescente no quiera acudir, especialmente si es por petición de padres o profesores. En estos casos, será importante no señalar al menor y recordarle la confidencialidad de la información compartida. Yo siempre insisto en que la terapia es un recurso muy potente, siempre y cuando uno esté abierto a aprovecharlo. No me gustaría quemar este recurso, obligando a un adolescente a venir a terapia, pues es posible que le acabe generando aversión o rechazo. En estos casos, siempre podemos trabajar de forma indirecta con los padres, dejando la puerta abierta al menor para que se incorpore cuando él lo desee. Cada circunstancia es diferente y existen distintas maneras de abordar una situación así. Ponte en contacto conmigo para que podamos valorar la situación y proceder según las necesidades de tu hijo adolescente.

Es importante que ambos progenitores o tutores estén al tanto del procedimiento y den su consentimiento. Trabajar con menores implica, en la mayoría de los casos, trabajar también con los padres o adultos de referencia. Se espera su implicación activa en la mejora del estado emocional del niño o adolescente. No siempre es fácil ponernos de acuerdo en las necesidades de un hijo, por lo que trataré de resolver todas vuestras dudas y daros un espacio a cada uno para conocernos y decidir qué puede ser lo mejor para vuestro hijo.

Las sesiones de padres se pueden realizar en este formato sin ningún problema. Con niños más pequeños no sería lo más aconsejable, pues se distraen fácilmente y no podemos utilizar todos los recursos que se utilizan de manera presencial (libros, cartas, juegos, colores…). Con los adolescentes, no habría inconveniente, siempre y cuando podamos garantizar su intimidad.

Sí, rara vez la demanda de un menor es una cuestión individual. Los objetivos se plantean como una cuestión familiar y, por tanto, no solo tendrás que acompañarle, si no formar parte del cambio.

Esta decisión dependerá de cada situación y/o demanda. Por lo general, si tu hijo tiene menos de 8 años, lo ideal será que vengáis primero los padres para valorar la demanda y posibles necesidades. Si es mayor de 8 años, dedicaré parte de la sesión a atender vuestra demanda y parte a conocerle a él. Si se trata de un adolescente, también se dividirá la sesión en dos espacios para cada uno, dándole al adolescente la opción de elegir en qué orden entrar.